domingo, 10 de noviembre de 2013

Desarrollo

En el 2011 se cumplieron los primeros cien años del descubrimiento de la superconductividad. Para demostrar sus características, se llevaron varios años para contar con una teoría que explicara éste fenómeno.
En la década de los 50´s se dio a conocer la teoría BCS que aborda específicamente a una de las tres características principales de este estado: el efecto diamagnético o efecto Meissner, donde Cristóbal Camarero en 2006 aclara que consiste en la desaparición total del campo magnético del material cuando alcanza su temperatura crítica.
Efecto que junto a la resistencia eléctrica cero y la formación de una brecha en la densidad de estados electrónicos del material, se acepta como condición indispensable para tener un superconductor. (Raúl Pérez, 2011)
Entre uno de los  efectos está el efecto Josephson que se denomina “al paso de partículas cargadas entre dos superconductores separados por una barrera no superconductora.” (Levy, Lahoud, Shomroni, Steinhauer, 2007)
Después de haber establecido esta teoría y estos efectos, los científicos han estado intentando aumentar la temperatura crítica de 77° Kelvin a partir del punto de ebullición del nitrógeno a mantenerlo a temperatura ambiente para aprovechar todo el potencial que éste fenómeno presenta. Pero el Profesor Zhi-Xun Shen de la Universidad de Stanford,  en 2011 anuncio lo siguiente: “Desde hace unos 20 años que los científicos saben que, a determinadas temperaturas, los materiales superconductores presentan un vacío inexplicable en sus estructuras electrónicas. Este fenómeno podría ser explicado por la presencia de un nuevo estado previamente desconocido de la materia.”
Esto quiere decir que se debe de descubrir un nuevo estado de la materia manipulable, y ya no buscar en materiales con un tipo de estado conocido, debido a que los esfuerzos al experimentar con los actuales tipos de estados de la materia han sido en vano o sus temperaturas han sido reducidas mínimamente.
Por lo tanto, no hay impedimentos para investigar una tecnología que cambiaría al mundo de manera segura y eficaz, y todo esto gracias a sus aplicaciones que cada vez van en aumento. Una de las más importantes es en el transporte, actualmente existen una vía de trenes localizados en Shanghái, China y  que utilizan un sistema de superconductores llamado suspensión electromagnética (EMS), hay algunos sistemas en pruebas para reducir el costo para poder “volar” en baja altura.
Pero, ¿por qué aportar ayuda a esta tecnología? La respuesta es muy valiosa; si se hacen transportes superconductores, se reducirían las emisiones de carbono emitidas por los mismos. Debido que los transportes no volvería a utilizar la gasolina y solo tendrían un impulso usando la energía solar u otro tipo de energía; además de que tenemos que ser conscientes con éste tipo de emisiones. De acuerdo al artículo de la Unidad Editorial Información General, en el 2012 se alcanzó 36 millones de toneladas de  alrededor del mundo, incrementando 2.6% las emisiones con respecto al año anterior.
Cabe resaltar la investigación que realizo Boaz Almog, difundiéndola en el 2012 en su conferencia en TED, diciendo que un disco superconductor cerámico de diámetro de 8 centímetros con un espesor de 2 milímetros, sería capaz de levantar a un auto compacto de una tonelada.
Por otra parte, también están los cables de electricidad superconductores, al trabajar con ellos se reduciría la perdida de energía por la fricción del material al transportarla desde su sitio de producción hasta su sitio distribución. Por lo tanto se ahorraría grandes cantidades de energía y ya no habría pérdidas millonarias para su transporte.
Y lo más novedoso de todo esto es que se podría hacer uno de los primeros generadores de energía autosustentable, con los aportes de la energía eólica y el efecto Meissner, se lograría hacer una guía magnética alrededor de las hélices y juntar estas con discos superconductores para que no se detenga la producción de energía eléctrica generada por la turbinas, debido a que no siempre hay viento suficiente para hacer girar las hélices y con unos discos superconductores no tendría éste detalle y no se detendría por un largo periodo de tiempo.
Pero se han encontrado diversos problemas para el desarrollo de la superconductividad, por ejemplo que cualquier uso importante que se le pueda dar parece que se concretaría hasta dentro de algunos años; puesto que ni el gobierno, ni los inversionistas están muy de acuerdo con ello, así que se retrasan las investigaciones por el pesimismo que se tiene y el peligro que corren muchas empresas. Ya que los argumentos anteriores provocaría la caída de varias empresas como las petroleras, automovilísticas y las compañías eléctricas, por el sólo hecho de saber que éste efecto futuro sería a bajo costo, libre, limpio y muy eficaz, al no utilizar la tecnología actual que ellos ofrecen.

Aun así, se están haciendo investigaciones en muchas partes del mundo, el país que más aportes ha investigado es Japón, que considera de gran importancia lograr adelantos sobre este tema al estar desarrollando sus trenes superconductores, en Canadá existen múltiples compañías que se preocupan por el diseño y desarrollo de esta tecnología, por su puesto en Estados Unidos existen grandes Universidades y corporaciones que investigan nuevos medios de lograr la superconductividad. En México están la Universidad Autónoma de Nuevo León, la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, Centro de investigación y estudios avanzados relacionado con el IPN, y la UNAM, han creado programas de investigación sobre el tema. 

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