En
el 2011 se cumplieron los primeros cien años del descubrimiento de la
superconductividad. Para demostrar sus características, se llevaron varios años
para contar con una teoría que explicara éste fenómeno.
En
la década de los 50´s se dio a conocer la teoría BCS que aborda específicamente
a una de las tres características principales de este estado: el efecto
diamagnético o efecto Meissner, donde Cristóbal Camarero en 2006 aclara que
consiste en la desaparición total del campo magnético del material cuando
alcanza su temperatura crítica.
Efecto
que junto a la resistencia eléctrica cero y la formación de una brecha en la densidad
de estados electrónicos del material, se acepta como condición indispensable
para tener un superconductor. (Raúl Pérez, 2011)
Entre
uno de los efectos está el efecto
Josephson que se denomina “al paso de partículas cargadas entre dos
superconductores separados por una barrera no superconductora.” (Levy, Lahoud,
Shomroni, Steinhauer, 2007)
Después
de haber establecido esta teoría y estos efectos, los científicos han estado
intentando aumentar la temperatura crítica de 77° Kelvin a partir del punto de
ebullición del nitrógeno a mantenerlo a temperatura ambiente para aprovechar
todo el potencial que éste fenómeno presenta. Pero el Profesor Zhi-Xun Shen de
la Universidad de Stanford, en 2011
anuncio lo siguiente: “Desde hace unos 20 años que los científicos saben que, a
determinadas temperaturas, los materiales superconductores presentan un vacío
inexplicable en sus estructuras electrónicas. Este fenómeno podría ser
explicado por la presencia de un nuevo estado previamente desconocido de la
materia.”
Esto
quiere decir que se debe de descubrir un nuevo estado de la materia
manipulable, y ya no buscar en materiales con un tipo de estado conocido, debido
a que los esfuerzos al experimentar con los actuales tipos de estados de la
materia han sido en vano o sus temperaturas han sido reducidas mínimamente.
Por
lo tanto, no hay impedimentos para investigar una tecnología que cambiaría al
mundo de manera segura
y
eficaz, y todo esto gracias a sus aplicaciones que cada vez van en aumento. Una
de las más importantes es en el transporte, actualmente existen una vía de
trenes localizados en Shanghái, China y
que utilizan un sistema de superconductores llamado suspensión
electromagnética (EMS), hay algunos sistemas en pruebas para reducir el costo
para poder “volar” en baja altura.
Pero,
¿por qué aportar ayuda a esta tecnología? La respuesta es muy valiosa; si se
hacen transportes superconductores, se reducirían las emisiones de carbono
emitidas por los mismos. Debido que los transportes no volvería a utilizar la
gasolina y solo tendrían un impulso usando la energía solar u otro tipo de
energía; además de que tenemos que ser conscientes con éste tipo de emisiones. De
acuerdo al artículo de la Unidad Editorial Información General, en el 2012 se alcanzó
36 millones de toneladas de
alrededor del mundo, incrementando 2.6% las
emisiones con respecto al año anterior.
Cabe
resaltar la investigación que realizo Boaz Almog, difundiéndola en el 2012 en
su conferencia en TED, diciendo que un disco superconductor cerámico de
diámetro de 8 centímetros con un espesor de 2 milímetros, sería capaz de
levantar a un auto compacto de una tonelada.
Por
otra parte, también están los cables de electricidad superconductores, al
trabajar con ellos se reduciría la perdida de energía por la fricción del
material al transportarla desde su sitio de producción hasta su sitio
distribución. Por lo tanto se ahorraría grandes cantidades de energía y ya no
habría pérdidas millonarias para su transporte.
Y
lo más novedoso de todo esto es que se podría hacer uno de los primeros
generadores de energía autosustentable, con los aportes de la energía eólica y
el efecto Meissner, se lograría hacer una guía magnética alrededor de las
hélices y juntar estas con discos superconductores para que no se detenga la
producción de energía eléctrica generada por la turbinas, debido a que no
siempre hay viento suficiente para hacer girar las hélices y con unos discos
superconductores no tendría éste detalle y no se detendría por un largo periodo
de tiempo.
Pero
se han encontrado diversos problemas para el desarrollo de la
superconductividad, por ejemplo que cualquier uso importante que se le pueda
dar parece que se concretaría hasta dentro de algunos años; puesto que ni el
gobierno, ni los inversionistas están muy de acuerdo con ello, así que se
retrasan las investigaciones por el pesimismo que se tiene y el peligro que
corren muchas empresas. Ya que los argumentos anteriores provocaría la caída de
varias empresas como las petroleras, automovilísticas y las compañías
eléctricas, por el sólo hecho de saber que éste efecto futuro sería a bajo
costo, libre, limpio y muy eficaz, al no utilizar la tecnología actual que
ellos ofrecen.
Aun
así, se están haciendo investigaciones en muchas partes del mundo, el país que
más aportes ha investigado es Japón, que considera de gran importancia lograr
adelantos sobre este tema al estar desarrollando sus trenes superconductores,
en Canadá existen múltiples compañías que se preocupan por el diseño y
desarrollo de esta tecnología, por su puesto en Estados Unidos existen grandes Universidades
y corporaciones que investigan nuevos medios de lograr la superconductividad. En
México están la Universidad Autónoma de Nuevo León, la Benemérita Universidad
Autónoma de Puebla, Centro de investigación y estudios avanzados relacionado
con el IPN, y la UNAM, han creado programas de investigación sobre el tema.
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